La idea de esta exposición es hablar un poco y ver de qué manera la visita guiada a un Templo es en sí una tarea pastoral y espiritual. Vamos a ir viendo cómo los diferentes documentos que la Iglesia ha ido sacando al respecto, hablan de estos encuentros como de un momento también de evangelización.
Voy a desglosar
principalmente la Carta Circular sobre la Función Pastoral de los Museos
Eclesiásticos [1]
que sacó, en su momento, la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de
la Iglesia.
Quienes estamos insertos de una u otra manera en estas instituciones tenemos una misión de enorme importancia y trascendencia, tanto en lo histórico y patrimonial como en lo que la Iglesia espera de nosotros.
Pero, además, es una inquietud
de siempre, de la Iglesia.
Y por último la preocupación por el cuidado y preservación de esos bienes para que sigan siendo un testimonio del camino recorrido por la Iglesia en el culto, la catequesis, la cultura y la caridad.
Esos
bienes culturales de que hablamos, ¿cuáles son?
Se
trata tanto de bienes muebles como de inmuebles.
O sea,
de edificios (iglesias, conventos, etc) y de: obras de arte (pintura,
escultura, decoraciones, tallas, ebanistería, etc); vasos sagrados (cálices,
copones); adornos; relicarios; exvotos; ornamentos litúrgicos; retablos;
instrumentos musicales; manuscritos; libros;
grabados; impresos; documentos; partituras, etc.
Todo ese patrimonio cultural debe su
identidad al uso eclesial, y, por tanto, no debe ser sacado de ese contexto.
Son elementos que están íntimamente
unidos a la vivencia eclesial ya que están documentando un camino recorrido por
la iglesia local o incluso universal.
De ahí la enorme importancia de
prepararnos para poder dar una adecuada y correcta valoración global y
contextual de esos objetos.
Debemos
comprender que, como señala la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales
de la Iglesia, el verdadero disfrute de esos bienes se produce fundamentalmente
en el contexto cultural cristiano y que debemos entonces poner siempre de
relieve el espíritu de cada una de las obras que se muestran.
Se desprende de aquí la enorme necesidad de conocer la historia, circunstancias y
motivaciones que dieron origen a cada una de las piezas.
Yendo más a lo concreto, esta formación
debe abarcar tres aspectos: la formación
histórica, la educación estética y la interpretación espiritual.
Las dos primeras ya las estuvimos viendo y se
pueden seguir profundizando con la numerosísima bibliografía que existe, y
algunos ya la han recibido en las distintas carreras.
La última resulta indispensable para la
tarea de guiar en una iglesia o museo eclesiástico, por todo lo que ya
mencionamos.
Por
ello es importante conocer o, investigar, si nos hiciere falta, acerca de la
liturgia, sus elementos, los ritos, las celebraciones. Reformas importantes,
sobre todo cuando vamos a estar tratando con elementos de cierta antigüedad.
Los
sacramentos. Los sacramentales. La vida consagrada, su sentido. La vida
conventual. La Liturgia de las Horas. Las principales figuras del santoral, con
su biografía, su actuación en un tiempo y lugar, su carisma, los atributos con
que se los representa, etc.
Y para comprender todo esto, preguntarse el
porqué de ciertos acontecimientos, personajes y hechos e indagar en la historia de la Iglesia, al menos a grandes rasgos y desde
una perspectiva seria, profunda y objetiva.
De esta
manera, las piezas van a ser consideradas no sólo en su valor estético sino en
su dimensión de medio para la acción pastoral y resguardando un sentido de autenticidad.
(ej: un portaviático del s.XVIII en plata repujada. Explicar acerca de la
platería, sus técnicas, el autor, etc. pero sin dejar de mencionar que era un
elemento que servía para llevar el viático a los enfermos y que aún hoy se lo
lleva en cajita especialmente trabajada, etc.)
Dicen
los Obispos de España: (cfr “La razón de
ser del Patrimonio Cultural de la Iglesia:la Catequesis”, Com. Episcopal de
Patrimonio Cultural. Segovia, España. Julio 2009)
“El
Patrimonio Cultural presenta un compendio de la Doctrina Cristiana (catecismo)
que tiene a Cristo como centro. Narra los hechos de la Salvación (…) y lo hace con el lenguaje de la imagen,
de signos, de símbolos y de expresiones artísticas. Es una fe que ha llegado a
la cultura…”
Y
agrego una cita del P Alfredo Sáenz. “En
una civilización como la actual , que se ha dado en llamar “civilización de la
imagen”, en un mundo (inmerso) en toda suerte de imágenes violentas, eróticas,
comerciales, imágenes impactantes y seductoras, se hace más necesario que nunca
la presencia de la imagen pura, de la imagen santa, de la imagen que
haciéndonos sensibles a la verdadera belleza, la de Dios y su creación, eleve nuestro
corazón, (...) y nos conduzca a lo alto."
Tomemos
también otro aspecto importante a tener en cuenta en cuanto a agentes de
cultura de una parroquia. Se trata del sentido de acogida que se puede dar al
turista y al público en general.
Que los cristianos, operadores o usuarios del turismo,
impriman siempre en la actividad turística el sello de un espíritu evangélico,
recordando la exhortación del Señor: "Cuando entréis en una casa, decid
primero: Paz a esta casa. Si hay allí gente de paz, vuestra paz recaerá sobre
ellos" (Lc 10, 5-6). Sean ellos testigos de paz y
ofrezcan serenidad a cuantos encuentran.
La iglesia abierta a la visita de turistas y visitantes se ofrece
como un lugar de calma, de belleza, de hospitalidad, rica en tesoros y en
historia.
Su disponibilidad y
la de aquéllos que reciben a los visitantes les habla de la generosidad de Dios
para con los que se dejan invitar a entrar en su morada.
Isabelle Renaud-Chamska, Presidente de Art, Culture et Foi /
Paris
Esta
tarea pastoral implica
*Renovada profesionalidad. (Formación histórica, educación
estética, interpretación espiritual)
*Profunda humildad (estamos anunciando una Verdad no
nuestra)
*Un diálogo atento. (Disposición hacia el visitante)
*Una apertura
disponible (nos enriquecemos con todo lo que el visitante trae)
Qué enseñar a través de las Visitas Guiadas:
-El sentido de la historia tejida de vida diaria y de grandes
acontecimientos (De aquéllos que
construyeron el convento y de los que lo mandaron construir. De los que lo
transitaron: santos, conocidos y no conocidos, historia, gente común. De los
que la transitan hoy…) Pensar en las motivaciones no sólo materiales,
económicas… Analizar actitudes y personajes según la época en que vivieron.
-La influencia del cristianismo a lo largo de los siglos en los diversos
contextos socioculturales. Informarse,
estudiar. No tomar datos que no son tales sino opiniones… Buscar fuentes.
-Que los Bienes Culturales de la Iglesia son particularmente
significativos para toda la sociedad. Como
ya dijimos, son testimonio. Además, la Fe genera belleza, por eso el gran
aporte del arte cristiano a la sociedad. -Que la característica eclesial de
esos bienes es el anuncio del Evangelio. Fueron
creados para ello. Una característica especial de los Bienes Culturales de la Iglesia: que pueden volver a su uso…
Para terminar, algunos tips muy prácticos para
cuando se da la visita:
-Voz clara y fuerte.
-No dar nunca la
espalda al público mientras se explica. (tener en cuenta “a la derecha, “a la
izquierda”…)
- Tomar la
temperatura del grupo: si se están aburriendo recortar, intercalar chiste,
anécdota, pregunta.
- Manejar con
discreción y amabilidad a los “charletas” del grupo para poder cumplir con el
tiempo.
- Tener pensada una
frase para responder simpática y sinceramente a una pregunta que no se conoce (Qué
buena pregunta, no tengo ese dato, lo vamos a investigar…etc)
“Jesús mandó a Pedro y a Juan con este encargo: vayan a preparar
lo necesario para que comamos la pascua. ¿Dónde quieres que la preparemos?, le
preguntaron. Jesús les contestó: Así que entréis en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre con un
cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entre; y al amo de la
misma le decís: El maestro pregunta:
¿Dónde está la sala donde he de comer la pascua con mis discípulos? Y él les mostrará una sala grande provista
de triclinios; disponed allí lo necesario…” (Lc21, 8-12)
El papel de ese hombre del que nadie conoce su nombre pero elegido
desde siempre por Dios, es nuestro papel en esta tarea: guiar a la gente para
su encuentro personal con Dios. A través del arte. Y nuestro cántaro es nuestra preparación, que puede pesar, pero que está llena del Agua de la Gracia.
Y, tanto que hablamos de
conservación en un museo, se me ocurrió hace unos años esta reflexión: conservar,
no para acumular, guardar, archivar llenas de polvo muchas cosas, sino hacerlo
como María, que “conservaba estas cosas en su corazón” para, como Ella, hacer
que den mucho fruto a través del Espíritu Santo.
Cristina Devoto de Bach
Museóloga
[1] CARTA CIRCULAR SOBRE LA FUNCIÓN PASTORAL DE LOS MUSEOS
ECLESIÁSTICOS. Ciudad del Vaticano, 15 de agosto de 2001.